Humanos, IA y Robots:

El "arte de lo posible" en la colaboración entre la IA y el ser humano está evolucionando rápidamente. Las organizaciones tienen la oportunidad de ampliar su inteligencia y ajustar su capacidad mediante la integración de insights humanos con la precisión de la IA y la eficiencia robótica. Esta integración requiere una comprensión clara de los desafíos a los que se enfrenta la IA, las áreas en las que destaca la experiencia humana y las circunstancias que más se benefician de una combinación dirigida y colaborativa de ambos. También implica preparar a las personas para que dirijan sus propios equipos de agentes y robots, y capacitarlos para ese futuro, al tiempo que se aplica continuamente este conocimiento en toda la empresa a medida que estos factores evolucionan.

La economía del trabajo se verá afectada con la proliferación de agentes digitales y robóticos impulsados por la IA generativa. Para afrontar bien esta dinámica, los líderes empresariales deben comprender en primer lugar el impacto económico de cada componente de la plantilla, en las personas, los equipos operativos, las funciones y subfunciones, así como en toda la cadena de valor. Después, necesitan anticipar y optimizar las consecuencias generales de estos impactos en los balances financieros de la compañía, incluyendo la rentabilidad, la eficiencia de los activos y el retorno del capital invertido (ROIC). La capacidad de los directivos para hallar un equilibrio entre el valor y el coste, al tiempo que priorizan la experiencia humana en el trabajo, hará que algunas empresas tomen la delantera en cuanto a rendimiento y beneficios.

Para que las empresas desarrollen su capacidad para maximizar la interacción entre el ingenio humano, la IA y las capacidades de robótica, los equipos directivos deben adoptar nuevos enfoques de liderazgo, convirtiéndose en arquitectos de un cambio continuo para asegurarse de que sus empresas siempre estén preparadas para el futuro. Esto requerirá una nueva estrategia en cuanto al talento que incorpore la planificación predictiva de los equipos de trabajo, priorice la adaptabilidad frente a los conjuntos fijos de habilidades e implemente un aprendizaje personalizado basado en IA. También requerirá pruebas y perfeccionamiento continuos del equilibrio entre las contribuciones humanas y las de la IA. Para alcanzar sus resultados, las organizaciones necesitarán la confianza de sus empleados, por lo que los líderes deberán crear un entorno en el que cada persona pueda desempeñar el trabajo que ama de forma que favorezca la innovación y el crecimiento.

Al igual que con la revolución industrial y otros grandes cambios tecnológicos, esta transformación emergente tendrá consecuencias generalizadas en la sociedad. Ya se plantean interrogantes sobre los desequilibrios previstos en las capacidades y el trabajo, la necesidad de reformas educativas y de formación empresarial, las consecuencias geográficas y geopolíticas, la dignidad humana y la autonomía, las brechas socioeconómicas, la discriminación y los prejuicios. Estos retos ponen de relieve la necesidad de alinear cuatro áreas clave: políticas y estándares de gobierno corporativo (tanto específicos como intersectoriales), regulaciones gubernamentales (ídem), procesos y prácticas necesarios para adaptar la fuerza de trabajo a nuevos enfoques (a través de sistemas educativos y formación empresarial) y normas y guías responsables y éticas (que regirán el uso de estas tecnologías a gran escala). Si los líderes empresariales, gubernamentales e institucionales colaboran con un propósito, la transformación del trabajo puede beneficiar significativamente a la sociedad en su conjunto.